Ayer
recibí un email de Maite, la propietaria de casa Arnal de Coscojuela. Me envió
fotografías del nuevo aspecto que presenta casa Arnal tras su restauración. Arriba
se muestran dos fotografías, una con el aspecto antiguo del inmueble y otra
reflejando su estado actual. Personalmente, las dos me gustan.
La belleza está en los ojos que miran,
en los conocimientos y cánones de belleza que vamos
adquiriendo a lo largo de nuestra vida, influyendo mucho las modas. Los que me
conocen saben de mi debilidad por las casas puras, sin ningún tipo de
restauración, las cuales reflejan en sus fachadas el paso del tiempo, la vejez y
las cicatrices de la vida, y a su vez nos aportan información científica.
No obstante, admito que una buena restauración también puede quedar bien y más
si se trata de una casa tan bonita como es la que nos ocupa.