Sasé, pueblo
ubicado en La Solana de Burgasé, habitado en la actualidad por “okupas” que dan
vida a la desolación en la que se ha convertido la localidad. Casi todas las
casas se hallan en ruina avanzada e irreversible. Es una pena que un pueblo tan
bonito se encuentre tan deteriorado. Mi primera visita a Sasé llega demasiado
tarde.
Cuesta entender
cómo un pueblo ubicado en una zona montañosa y sin llanos fértiles consiguió tener
un aspecto señorial. No todo lo tuvieron en contra: las piedras son muy
abundantes y de calidad, y a su vez apropiadas para realizar muros.
Hubo una
veintena de casas habitadas: Pablo, Agustín, Lacort, Vallés, Pedro, Simón,
Ambrosio, Antonio, Escuaín, Antón Duaso, El Herrero, Chusé, Chirón, Latorre,
Santafé, Puyuelo, Chacinto, Fuertes, Périz, Buisán, Pascual …
La principal
finalidad de mi visita era la búsqueda de escudos armeros y afines, que los
hubo en casa Chacinto, casa Fuertes, casa Antón Duaso, casa Escuaín, casa
Antonio, casa Ambrosio, casa Vallés y casa Agustín. Al menos 8
escudos-escudetes adornaban el pueblo. En la actualidad sólo queda el de casa
Escuaín. Cuatro de ellos eran del s.XVIII y el resto más antiguos.
Pertenecieron a apellidos infanzones como Duaso y Santolaria.
Quien quiera
saber más de este pueblo aconsejo leer un excelente artículo de Adolfo Castán
Sarasa: “SASÉ, ARQUITECTURA DE UN PUEBLO MUERTO”.
El mismo día
que fui a Sasé, también llegué hata Cájol, después de mucho andar, pero no fue
posible su visita porque había dos perros sueltos muy agresivos y
potencialmente peligrosos. Me parece bien que los okupas vengan desde la ciudad
e intenten tener una vida diferente y alternativa, pero no veo correcto que
tomen en propiedad el pueblo y sus perros impongan el miedo, no siendo posible
la visita. Es la primera vez en mi vida que me ocurre, hasta ahora nunca había
sentido miedo en mis paseos por Sobrarbe. Una pena, por suerte en Sasé me
encontré con unos okupas amables que tienen un perro que no es agresivo.
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Crismón
en la entrada de la iglesia |
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Dintel
de portada de vivienda, fechado en 1852 |
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Trifolia
realizada a mediados del siglo XIX |
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Chimenea
entre las ruinas |
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Dintel
fechado en 1781 y con inscripción de renovación en 1880. Juan Duaso. |
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Detalle
en puerta de madera, fechada en 1843 |
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Dintel
sencillo, con cruz latina en posición central |
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Chimenea, más adornada de lo habitual |
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Pila bautismal,
del siglo XVII |
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La iglesia
hace las veces de corral |
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Decoración
pictórica en la iglesia |
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Decoración
pictórica en la iglesia |
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Decoración
pictórica en la iglesia |
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Decoración
pictórica en la iglesia |
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Interior
de la torre de la iglesia |
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Esquina
que muestra muchas piedras reutilizadas, de otra construcción previa. |
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Chimenea
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Dintel
decorado con motivo protector |
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Chimenea
enfoscada |
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Portada
con dintel fechado en 1781, siguiendo la moda de los que se estaban haciendo en
Fiscal |
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Interior
de una chimenea |
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Portada
de casa Escuaín, con escudo en la clave |
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Casa Ambrosio,
rica en el siglo XVII, la más destacada del pueblo desde un punto de vista
arquitectónico |
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Portada
fechada en 1690; sobre ella hubo un escudo |
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Ventana
biselada y decorada |
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La piedra
tosca o toba calcárea, utilizada en tabiques, vueltas entre maderos y
chimeneas. |
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Cuadra
en casa Ambrosio |
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Otro
dintel fechado en 1781 |
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Clavo de
forja |
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Casa Antón
Duaso, detalle, rica en el siglo XVIII |
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La
torre de Sasé resiste bien la adversidad |