jueves, 25 de abril de 2013

SASÉ, valle de La Solana


Sasé, pueblo ubicado en La Solana de Burgasé, habitado en la actualidad por “okupas” que dan vida a la desolación en la que se ha convertido la localidad. Casi todas las casas se hallan en ruina avanzada e irreversible. Es una pena que un pueblo tan bonito se encuentre tan deteriorado. Mi primera visita a Sasé llega demasiado tarde.
Cuesta entender cómo un pueblo ubicado en una zona montañosa y sin llanos fértiles consiguió tener un aspecto señorial. No todo lo tuvieron en contra: las piedras son muy abundantes y de calidad, y a su vez apropiadas para realizar muros.
Hubo una veintena de casas habitadas: Pablo, Agustín, Lacort, Vallés, Pedro, Simón, Ambrosio, Antonio, Escuaín, Antón Duaso, El Herrero, Chusé, Chirón, Latorre, Santafé, Puyuelo, Chacinto, Fuertes, Périz, Buisán, Pascual …
La principal finalidad de mi visita era la búsqueda de escudos armeros y afines, que los hubo en casa Chacinto, casa Fuertes, casa Antón Duaso, casa Escuaín, casa Antonio, casa Ambrosio, casa Vallés y casa Agustín. Al menos 8 escudos-escudetes adornaban el pueblo. En la actualidad sólo queda el de casa Escuaín. Cuatro de ellos eran del s.XVIII y el resto más antiguos. Pertenecieron a apellidos infanzones como Duaso y Santolaria.
Quien quiera saber más de este pueblo aconsejo leer un excelente artículo de Adolfo Castán Sarasa: “SASÉ, ARQUITECTURA DE UN PUEBLO MUERTO”.
El mismo día que fui a Sasé, también llegué hata Cájol, después de mucho andar, pero no fue posible su visita porque había dos perros sueltos muy agresivos y potencialmente peligrosos. Me parece bien que los okupas vengan desde la ciudad e intenten tener una vida diferente y alternativa, pero no veo correcto que tomen en propiedad el pueblo y sus perros impongan el miedo, no siendo posible la visita. Es la primera vez en mi vida que me ocurre, hasta ahora nunca había sentido miedo en mis paseos por Sobrarbe. Una pena, por suerte en Sasé me encontré con unos okupas amables que tienen un perro que no es agresivo.
Crismón en la entrada de la iglesia

Dintel de portada de vivienda, fechado en 1852

Trifolia realizada a mediados del siglo XIX

Chimenea entre las ruinas

Dintel fechado en 1781 y con inscripción de renovación en 1880. Juan Duaso.

Detalle en puerta de madera, fechada en 1843


Dintel sencillo, con cruz latina en posición central

Chimenea, más adornada de lo habitual

Pila bautismal, del siglo XVII

La iglesia hace las veces de corral

Decoración pictórica en la iglesia

Decoración pictórica en la iglesia

Decoración pictórica en la iglesia

Decoración pictórica en la iglesia

Interior de la torre de la iglesia

Esquina que muestra muchas piedras reutilizadas, de otra construcción previa.

Chimenea

Dintel decorado con motivo protector

Chimenea enfoscada

Portada con dintel fechado en 1781, siguiendo la moda de los que se estaban haciendo en Fiscal

Interior de una chimenea

Portada de casa Escuaín, con escudo en la clave

Casa Ambrosio, rica en el siglo XVII, la más destacada del pueblo desde un punto de vista arquitectónico

Portada fechada en 1690; sobre ella hubo un escudo

Ventana biselada y decorada

La piedra tosca o toba calcárea, utilizada en tabiques, vueltas entre maderos y chimeneas.

Cuadra en casa Ambrosio

Otro dintel fechado en 1781

Clavo de forja

Casa Antón Duaso, detalle, rica en el siglo XVIII

La torre de Sasé resiste bien la adversidad

 

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