En el año 1484 Salvador Buil era rector y habitante en “Cosculluela de Tou” (Coscojuela de Sobrarbe), y por autoridad apostólica actuaba como notario público por todas las tierras y reinos de la cristiandad. En la primera hoja del protocolo notarial dejó constancia de los días del año que eran funestos. Desconozco en qué se basó para realizar sus afirmaciones. Veamos sus consejos:
Todo hombre
ha de saber que ninguna persona debe comenzar algo en ninguno de los 30 días
que luego se dirán.
· No debe ir desde su casa a otros
sitios, si lo hace le matarán o robarán, o no le resultará de utilidad el
camino. Tendrá suerte si logra regresar.
· Ninguna criatura que nazca en uno de
esos días vivirá mucho, y si lo hace vivirá siempre mal: pobre, enferma, con
mala suerte y nunca le irá bien.
· Si uno hace bodas o esponsales en los
días que se dirá, ella morirá pronto, o nunca estarán en paz y concordia, todo
mal.
· Si una persona comienza a estar
enferma en uno de estos días, si no muere, no se desprenderá de la enfermedad.
· Ninguna persona debe comenzar a
obrar, hacer casas, plantar viñas u otros planteros, si lo hace nunca obtendrá
provecho.
Estos son
los “30” días malos (a mí me salen 29, se dejó uno):
· 1,2,4,7 y 18 de enero
· 4, 7, 17 y 18 de febrero
· 15 y 31 de marzo
· 7 y 15 de abril
· 4 y 15 de mayo
· 6 de junio
· 15 y 17 de julio
· 15 y 20 de agosto
· 6, 8 y 17 de septiembre
· 6 de octubre
· 10 y 17 de noviembre
· 6, 7 y 20 de diciembre
Desde luego
que es curioso el texto, algo dificultoso de leer, tanto por la letra como por
el aragonés antiguo utilizado.
1 comentario:
Pues mañana es seis de octubre, ten cuidado, por si acaso.
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