¿Quién fue Íñigo Arista?
Se
trata de un personaje histórico, del siglo IX, envuelto en leyendas. Se le
considera el primer rey de Pamplona y al mismo tiempo uno de los antiguos reyes
legendarios de Sobrarbe, el quinto. Es complicado acceder a la historia
verdadera de este rey, puesto que muchos documentos que hablan de él son
falsos.
En
un manuscrito del siglo XVII (en adelante MS 3130), conservado en la Biblioteca Nacional de España, se afirma que: “Íñigo Ximénez Arista fue rey de Sobrarbe
entre los años 840 y 867. Estuvo casado con Dª Toda, infanta de León. Fue
enterrado en San Victorián, y otros dicen que en San Salvador de Leyre”.
El
mismo autor del MS 3130 dice que primitivamente el rey era conocido como Íñigo
Ximénez, si bien luego se le llamó Íñigo Arista; ello se debe a esta leyenda:
Un caballero de su milicia dijo: “la
arista no se enciende ante el fuego como mi Rey en las guerras de los moros”.
Oyendo esto, otro caballero dijo: “La arista para el fuego, e Íñigo para los
moros”. Desde entonces al Rey se le denominó Arista en vez de Ximénez.
En
definitiva, se afirma que fue apodado Arista “porque al tiempo de entrar en las batallas se encendía tanto como se
enciende la arista del trigo a la lumbre, y por ser valiente”.
¿Puede
ser que Íñigo Arista guerreara en Sobrarbe, muriendo en una batalla, cerca de
Araguás? Es poco probable que así fuese, aunque no se puede descartar.
En
el año 1372, el supuesto cuerpo de Íñigo Arista se trasladó a San Victorián
desde Araguás, ordenando el Rey Pedro IV a los vecinos de Aínsa que acudieran a
su traslado. Pedro IV el Ceremonioso donó un paño para ser colocado sobre el
sepulcro, con las armas de los antiguos reyes de Aragón, con la cruz que pasó a
denominarse Cruz de Íñigo Arista.
El Monasterio de San Victorián
El
Monasterio de San Victorián pertenece al municipio de El Pueyo de Araguás y
forma parte de la localidad de Los Molinos. Se emplaza a más de 1000 metros de
altitud, en la falda meridional de Sierra Ferrera. Este monasterio quizá sea el
referente histórico más importante de la comarca de Sobrarbe. Las leyendas que
se han creado a su alrededor contribuyen a incrementar el misterio y el
interés. La historia de este monasterio es muy larga y ha sido estudiada por
diversos investigadores.
Cuando
uno visita por primera vez San Victorián, se sorprende de su ubicación y la
gran amplitud visual que se contempla, siendo reseñable su buena orientación
solana; podríamos decir que se trata de un paisaje pintoresco. También
sorprende el aparente estado de abandono del conjunto, en buena parte ruinoso.
Personalmente, quedé un poco decepcionado cuando visité el interior de la
iglesia, esperaba mayor nivel artístico en su arquitectura, acorde con la fama
del edificio y su importancia histórica.
En
el interior de la iglesia lo que más me llamó la atención fue un sepulcro
ubicado en el brazo norte del crucero, elaborado con un tipo de piedra que no
se encuentra a muchos kilómetros a la redonda. A simple vista me pareció que se
trataba de mármol o alabastro blanco; no inspeccioné en detalle.
El sepulcro y sus tres escudos,
alusivos al rey Íñigo Ximénez Arista.
El
sepulcro parece demasiado humilde como para albergar los restos de un rey. Tiene
forma de caja rectangular, ligeramente elevada del suelo, y posee como tapa o
cubierta una losa. Parece ser que antiguamente hubo en él una inscripción
pintada: “Sarcophagum D. Enneconis
Aristae Regis V Suprarbiensis” (Sarcófago de Íñigo Arista, quinto rey de
Sobrarbe).
En
la tapa, en posición central, hay un escudo con la cruz de Íñigo Arista o señal
antiguo del rey de Aragón. En la cara frontal exterior y principal del sepulcro
hay esculpidos dos escudos que creo hacen referencia a los Ximénez y Arista. En
total hay tres escudos que paso a describir y comentar:
1. Piedra armera con la Cruz de Íñigo
Arista, Señal antiguo del rey de Aragón
El
escudo con la Cruz de Íñigo Arista, también conocida como “Cruz de Aínsa”,
supuso una novedad heráldica introducida en el siglo XIV. Se le consideraba “el
señal antiguo del rey de Aragón”. Se trata de un escudo con campo azur, ocupado
por una cruz patada de plata, apuntada en el brazo inferior y adiestrada en el
cantón del jefe. Esta información nos asegura que el sepulcro no puede ser
anterior al siglo XIV.
La
leyenda dice que a Íñigo Arista le fue enviada una señal del cielo, puesto que
estando en los montes Pirineos y en Sobrarbe, vio en el cielo sereno una cruz
blanca que le indicó la ubicación de la batalla que se desarrollaba cerca de la
localidad de Araguás.
2. Escudo de los Ximénez
Este
escudo es el de interpretación más problemática. Creo que se trata de las
primitivas armas de los Ximénez. En el MS 3130 hay dibujados varios escudos de
los Ximénez y el autor indica que el más antiguo que él vio en un papel viejo es
“de los Ximénez de las montañas y de
Galicia”, que ya estaba fuera de uso en el siglo XVII. En este escudo
antiguo, en campo de gules, aparecen en posición central dos espadas en aspa.
De ello se deduce que la espada fue la figura principal y primitiva presente en
el escudo de los Ximénez. Por tanto, si la leyenda dice que Íñigo Arista antes
se llamó Íñigo Ximénez, es normal que este escudo aluda al apellido Ximénez.
3. Escudo de los Arista
En el MS 3130, en referencia a Íñigo Arista y su escudo se dice: “Este señor tomó a los principios por armas tres espigas con sus cañas de oro, en campo rojo”. Por tanto, este escudo representa las armas primitivas de Íñigo Arista.
Conclusiones
El
sepulcro con motivos heráldicos que hay en San Victorián de Sobrarbe alude
plenamente a Íñigo Ximénez Arista. No cabe duda que el sepulcro se hizo pensado
en él y en su historia legendaria. Otra cosa bien diferente es que realmente
albergara su cuerpo.
Me
pregunto por qué en el sepulcro no se dibujaron las armas del Reino de Sobrarbe
(la carrasca arrancada sumada por una cruz latina) habida cuenta que la leyenda
dice que Íñigo Arista fue rey de Sobrarbe. La mejor respuesta que se me ocurre
es que el sepulcro fue diseñado con anterioridad al siglo XVI. El escudo de
Sobrarbe se documenta por primera vez, en heráldica, en el año 1499 y se puso
de moda en el siglo XVI, primero presente en edificios colectivos y más tarde,
sobre todo en el siglo XVIII, en diversos escudos de varios linajes.
Por tanto, podría ser que este sepulcro de Íñigo Arista hubiera sido realizado en el siglo XIV, año 1372, con motivo del traslado oficial, desde Araguás hasta San Victorián, del supuesto cuerpo del rey pamplonés.
Por tanto, podría ser que este sepulcro de Íñigo Arista hubiera sido realizado en el siglo XIV, año 1372, con motivo del traslado oficial, desde Araguás hasta San Victorián, del supuesto cuerpo del rey pamplonés.
Si
nos atenemos a la decoración, lambrequines, de los conjuntos heráldicos,
el sepulcro encaja mejor en el siglo XVIII, incluso la morfología de los escudos
no es la típica medieval.
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