Mostrando entradas con la etiqueta Labuerda. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Labuerda. Mostrar todas las entradas

martes, 5 de enero de 2016

Pedregadas históricas (V). PEDRISCO EL 23/7/1899

Puente en Boltaña sobre el río Ara


El año 1899 fue nefasto en el Alto Aragón desde un punto de vista meteorológico. Hoy en día vincularían estos hechos al famoso cambio climático. El pedrisco afectó en diferentes días a diversos pueblos. En lo referente a Sobrarbe, el 23 de julio el pedrisco se ensañó con la zona centro: Boltaña, Aínsa y Labuerda. Esta última localidad también sufrió inundaciones el 7 de agosto. Veamos cómo fue reflejado en la prensa:

Pedrisco en Boltaña. “El Diario de Huesca”, 26/7/1899

Nos escriben desde Boltaña, participándonos que el domingo último descargó sobre aquel término municipal una fuerte tormenta, arrojando piedra con tanta abundancia y con tanto ímpetu que ha producido la pérdida total de la cosecha de vino, destrozando casi por completo la huerta y causando graves perjuicios en todo el término. Explícanse bien tan importantes daños si se tiene en cuenta que muchas de las piedras que cayeron pesaban más de 100 gramos.
El desastre, como es natural, tiene acongojados a los moradores de aquella comarca, especialmente a la clase agrícola que ha visto en un momento destruidos gran parte de sus trabajos y de sus afanes.
 
Noticias de Boltaña. “El Diario de Huesca”, 29/7/1899.
Son muy desconsoladoras las noticias que recibimos de la comarca de Boltaña, y en especial de los términos de Aínsa y Labuerda, relativas a los inmensos daños producidos por el pedrisco del 23 del actual, que arrasó los restos de frutos, principalmente el de la vid, que se habían salvado de la fuerte granizada de igual día del anterior mes de mayo.
Se han perdido totalmente las cosechas de vino y legumbres que son la mayor producción en aquella zona. El país está hondamente preocupado y afligido por las funestas consecuencias del desastre.
El Gobierno debe procurar subvenir al remedio de tan gran calamidad, concediendo los auxilios posibles de que disponga, facilitando la prórroga del pago de las contribuciones y abriendo trabajos públicos en los que puedan hallar ocupación y medios de subsistencia los braceros del campo, que quedan en situación deplorable. Podría al efecto subastar el trozo de carretera de Aínsa a Escalona, obras comenzadas por administración hace más de doce años y paralizadas por completo a pesar de estar satisfecho el importe de los terrenos ocupados para su trazado y su construcción.
Es lo menos que puede hacerse en pequeña compensación de los inmensos daños agrícolas sufridos por aquella comarca.

Asuntos provinciales. De Labuerda, 8 de agosto (“Diario de Huesca”, 12/8/1899)
El día 10 del actual recibimos la siguiente carta, que no ha podido ser publicada durante estos días en que no ha visto la luz “El Diario”.
Hoy lo hacemos para complacer al apreciable amigo y suscriptor que nos la remite y para que sea conocido el texto de la misma, que es como sigue:

¡Horrible tormenta!

Entre una y dos de la tarde del día 7 una tormenta descargó tal cantidad de agua en el término municipal de Labuerda que más bien parecía un diluvio y contra lo que era de temer y en medio de la lluvia tan torrencial las autoridades locales, tanto civiles como militares empezaron a tomar disposiciones para evitar desgracias personales que podían ocurrir en los barrios de la calle Mayor y del barranco, lo que efectivamente sucedió porque el río Cinca y Barranco de San Vicente salieron de su cauce e inundaron la parte baja de la población y arrastrando el furioso elemento muchas de las tierras de labor.
Figúrese Sr. Director, qué situación tan triste es en la actualidad la nuestra; sin tierras para poder cultivar ¿cómo hemos de pagar a la Hacienda lo que como contribuyentes se nos exige? Y ¿qué comeremos después que dos pedriscos dejaron asolados los campos, viñedo, huerta, etc.? Se impone por cuantos medios estén a su alcance que los poderes públicos nos socorran si no nuestra suerte es la emigración. ¿No podrían condonársenos las contribuciones socorrernos también con alguna cantidad del fondo de Calamidades y subastar el trozo primero de la carretera de Aínsa a la frontera? Creo que todo esto se necesita y mucho más para socorrer a este desgraciado país.
Miles de gracias anticipadas se ofrece de Ud. Affmo. s.s.q.b.s.m., -Un labrador, G.B.

En Sariñena, el mismo día que hubo inundaciones en Labuerda, también padecieron una virulenta tormenta de pedrisco:

Sr. Director de El Diario de Huesca:

Escribo a Ud. bajo la impresión más dolorosa que acaso he sufrido en los días de mi vida.
Hasta ayer todo era en este vecindario actividad y alegría. Las gentes del campo habían puesto término a las faenas de recolección de los cereales. Pagaban los arriendos a los propietarios de terrenos de huerta y se consagraban con verdadero afán al cultivo de los verdes, único premio a sus sudores, esperando con fundamento una abundante cosecha de legumbres, caldos y hortalizas, que aseguraba la vida durante el invierno próximo, facilitándoles además recursos para levantar las cargas públicas.
Hoy estamos de duelo; el pan de los pobres ha sido arrebatado por un terrible pedrisco, como otro igual no han conocido los más ancianos: a las cinco de la tarde de ayer formáronse dos tormentas al norte y oeste; el viento que saltó caprichosamente de uno a otro cuadrante, impidió por largo rato el choque de aquellas nubes desoladoras; mas al fin tuvo lugar el encuentro, señalado por un trueno espantoso y las blancas greñas vomitaron sobre la población aterrada y la feracísima vega, montones de piedras la mayor parte de éstas del tamaño de un huevo de perdiz. Las escenas que se presenciaron luego no es fácil describirlas con exactitud; los pobres trabajadores sorprendidos por la tormenta en el campo, llegaban desconsolados contestando a las “buenas tardes” que se les dirigían con un “mejor podían ser” que apenaba; las mujeres lloraban, el pobre párroco iba a rezar el Santo Rosario llevando en su rostro el dolor inmenso que la catástrofe le había producido; y el alcalde con la resolución que es su característica, se encaminaba a la oficina de Telégrafos para comunicar tan terrible suceso ….el texto continúa.
En otras localidades, como en Yebra de Basa, las tormentas veraniegas fueron inusualmente abundantes y violentas.

lunes, 28 de diciembre de 2015

Los LAS CORZ o LASCORZ en Labuerda

El apellido Las Corz se documenta en Labuerda desde época medieval. En el año 1469 Bertholomeu de Las Corz era vecino de Labuerda, aldea de Aínsa. En 1484 Bertolomeu de Las Corz era cabeza de familia en Labuerda, y en 1525 Joan de Las Corz era vecino de Labuerda. En torno al año 1570 había dos cabezas de familia en Labuerda que se llamaban igual: Joan de Las Corz. No sé si eran parientes; quizá pudieron tener un mismo abuelo paterno, pero esto es una mera suposición que quizá se pueda resolver en un futuro, cuando aparezca nueva documentación. Lo que sí es seguro que emparentaron al casar con dos hermanas apellidadas Sarbisé. Los Sarbisé de Labuerda estuvieron relacionados con casas destacadas del entorno, era una familia acomodada, lo mismo que las familias de los Las Corz.  Mn. Miguel Sarbisé, que fue canónigo de la Catedral de Barbastro, era tío de las hermanas Sarbisé.

Joan de Las Corz, labrador, contrajo matrimonio con Catalina Sarbisé, y Joan de Las Corz, alias Blanco, casó con María Sarbisé. Del último matrimonio mencionado nacieron al menos cuatro hijos varones que casaron en Labuerda, contribuyendo notablemente en la expansión del apellido en la localidad. Los hijos fueron:

·      Juan de Las Corz y Sarbisé, alias Blanco, que casó con Gracia Lo Cuello.

·      Bartholomé Las Corz y Sarbisé, alias Arcas, casado con Esperanza Lo Pueyo.

·      Domingo Las Corz y Sarbisé, casado con María La Forga.

·      Sebastián Las Corz y Sarbisé, casado con Ana Sasé.

De estos matrimonios hubo descendencia femenina. Me consta la presencia de descendencia masculina en al menos uno de ellos.

A finales del siglo XVI había al menos cuatro propietarios en Labuerda apellidados Lascorz: Joan de Las Corz (agricultor), Bartolomé de Las Corz (alias Arcas), Joan de Las Corz (alias Blanco, hermano de Bartolomé) y Domingo Las Corz, hermano de Bartolomé.
 

 
CASA NOTARIO DE LABUERDA

La documentación consultada hasta ahora no me permite aclarar el origen de esta familia. He intentado coordinar todos los datos y casar todas las “piezas” que dispongo del “puzle”, si bien faltan piezas y, por tanto, los siglos XVI y XVII se siguen resistiendo.

El dato más antiguo asignable a esta casa es que en torno al año 1570 vivía Joan de Las Corz, labrador, que casó con Catalina Sarbisé Pintado, de Labuerda. Su hijo Juan de Las Corz y Sarbisé contrajo matrimonio con Domenecha Dondueño, a los que les sucedió en la herencia de la casa su hijo Juan de Las Corz y Dondueño, notario, el primer notario conocido en la familia. Estos herederos tuvieron varias hermanas, que fueron a vivir a casas de buen nivel económico:

·      María de Las Corz y Sarbisé casó con Juan Cosculluela, residiendo en Charo.

·      Lucía Lascorz contrajo matrimonio en 1637 con Pedro Fumanal, de Los Molinos.

·      María de Las Corz y Dondueño casó con Victorián Pérez, de Puyarruego.

·      Catalina de Las Corz y Dondueño contrajo matrimonio con Juan Carrera, de Labuerda.

Juan de Lascorz o Las Corz, el primer notario conocido
 
 
Tuvo una larga vida de actividad notarial. Ya ejercía el oficio en el año 1613 y seguía realizándolo en 1645. He obtenido en diversos archivos firmas notariales de él, que datan entre los años 1614 y 1635. En 1614 firmó como Joan de Lascorz, “habitante en el lugar de La Buerda, notario por todas las tierras del Rey Phelipe”. Entre 1617 y 1625 firmó como Juan de Lascorz, y desde el año 1626 al 1635 firmó habitualmente como Juan de Las Corz. Es curioso que en los primeros años escribiera Lascorz, para luego preferir Las Corz. Lo que no cambió es lo de “habitante en el lugar de La Buerda-Labuerda” (escribió el nombre del pueblo de las dos maneras, primero La Buerda y después, a partir de 1626 o un poco antes, Labuerda).

Parece ser que Juan de Lascorz contrajo matrimonio al menos dos veces, una con Lucía Carrera que probablemente era nacida en Labuerda. Su sobrino Sebastián Carrera ejerció como notario en Labuerda. Juan de Lascorz casó en 1626 con Mariana Pérez, natural de Aluján, barrio de Muro de Roda, nacida en una familia de notarios, hija de un Comisario del Santo Oficio. La novia aportó al matrimonio 8000 sueldos jaqueses más ajuar. Era habitual que los notarios estuvieran emparentados entre ellos; lo mismo ocurría con los Comisarios del Santo Oficio.

En el año 1640 tuvo lugar el “Acto público de reconocimiento (de infanzonía) otorgado por los jurados y concejo del lugar de San Vicente y La Buerda en favor de Juan de Las Corz, infançón, vecino del lugar de La Buerda”. El magnífico Juan de Las Corz, notario real, natural y habitante en San Vicente y La Buerda, era hijo legítimo de los difuntos Juan de Las Corz, infanzón, y Domenecha Dondueño, cónyuges domiciliados que fueron en el lugar de La Buerda, y como hijo y descendiente de ellos “hayáis sido y seáis infançón e hijo dalgo notorio y conocido por tal por recta línea masculina y como tal vos y vuestros abuelos y padres respective cada uno en sus tiempos hayáis gozado y gocéis de vuestra infançonía e ingenuidad y limpieza como los demás infançones…”. En ese mismo año había otras dos casas de Labuerda en las que el cabeza de familia se apellidaba Las Corz: casa de Jusepe Las Corz y casa Sebastián de Las Corz.

En 1642 Juan de Las Corz, notario, obtuvo firma de infanzonía en la Real Audiencia de Aragón. En el año 1644 se inició un proceso criminal, promovido por el lugar de Labuerda, contra Juan de Las Corz, notario y Familiar de la Inquisición, domiciliado en Labuerda. El concejo de Labuerda decidió emprender acciones legales contra el citado Juan “para evitar los modos y grandes inquietudes que causa en el lugar”. Los cargos se presentaron ante el Tribunal de la Inquisición en Zaragoza. Esto terminó de tensar las ya malas relaciones entre el acusado y la mayor parte de los vecinos de Labuerda.

Para ver si eran ciertas las acusaciones fueron llamados 21 testigos que declararon bajo secreto. El licenciado Mn. Jusepe Broto, rector de Guaso y comisario del Santo Oficio de la Inquisición de Aragón, llevó las riendas del proceso y se encargó de tomar declaraciones. El notario Antonio Sessé, habitante en Laspuña, reflejó documentalmente lo dicho por los testigos.

El principal acusador fue Sebastián Carrera, de 52 años, notario real, que actuó en calidad de procurador y síndico de los jurados y concejo de Labuerda, curiosamente sobrino del acusado Juan de Las Corz. Sebastián Carrera falleció en el año 1655.

Juan de Las Corz, notario, tenía una edad que podríamos llamar avanzada. Sus muchos años de actividad como notario y Comisario del Santo Oficio hicieron que fuera muy rico y poderoso, lo que le proporcionó envidias y enemistades. Además, debía tener un carácter fuerte que se fue incrementando con los años. Llevaba en el pecho una cruz que era la insignia de Familiar del Santo Oficio. También portaba ceñida una espada. Estaba enfadado con el concejo de Labuerda por haberle revocado “la administración de la concordia y recepción de sus rentas”, hasta el punto que un testigo afirmó que oyó decir al acusado, dirigiéndose a un tal Juan Buil: “Vení acá Royo, que vos también sois de la sinagoga que habéis votado contra mí”, amenazándolo de muerte.

En su declaración, la mayor parte de los testigos hablaron mal de Juan de Las Corz, acusándolo de:

·      Vejaciones, tanto al consejo del lugar como a distintos particulares. El acusado procuraba vengarse de los que le agraviaban.

·      Altivo, de fuerte condición, terrible, soberbio (“el hombre más soberbio de España”) y  amigo de pleitos.

·      Tener atemorizados a los vecinos. Atropello hacia todos, especialmente “desde hace diez años”.

·      Excesos en el término del lugar de Escalona contra algunos vecinos de Labuerda, donde el acusado fue durante muchos años procurador y administrador de la justicia a instancia del Señor de Escalona. “Le dijo a Antonio Puço, mayor en días, y a Viturián de Allué, vecinos de Labuerda, en presencia de Mn. Pedro Laforga, Pedro Buil de San Vicente y otros de Labuerda, con amenazas y saña que los había de prender en la cárcel y amansarlos y hacerles abajar aquellos cujones que tenían”. Hizo prender en el término de Escalona a un vecino de Labuerda llamado Matías Arnal; lo puso en la cárcel, acusado del robo de vino en Labuerda.

·      Mal trato al rector de Labuerda y a otros clérigos. Despectivo con el mosén del lugar “por no haberle dado su escolano incienso a bispras”. Amenazas al rector del pueblo por sus palabras en un sermón, las cuales el acusado interpretó que podían ser perseguibles por ser constitutivas de sacrilegio. También discrepancias en cuanto al protocolo en actos públicos.

·      Pretensión de someter al pueblo y tratarlos como vasallos, mediante la compra de préstamos que el concejo de Labuerda debía a diversos ricos propietarios residentes en otros pueblos. Eran préstamos de difícil cobro por estar muy endeudado el concejo. Como el concejo no podría hacer frente a tanta deuda, el acusado pretendía convertir Labuerda en un Señorío, siendo él el Señor. Este asunto debió ser el que desencadenó que los vecinos de Labuerda fueran a Zaragoza y acusaran a Juan de Las Corz ante el Tribunal de La Inquisición.

·      No dar cuentas de la concordia, siendo administrador de ella desde el año 1636, y teniendo la obligación de darlas.

·      Quebrantar las ordinaciones del concejo en cuanto a hierbas y otros.

·      Hacer prender en Aínsa a Sebastián Carrera, notario, vecino de Labuerda, sobrino del acusado, por impago de deudas del concejo de Labuerda.

Hubo varios testigos que hablaron bien del acusado y lo defendieron, por ejemplo Mosén Antonio Las Corz, presbítero, habitante en Labuerda, de 65 años, indicó que el acusado “es de buena fama y costumbres, quieto y sosegado, aunque algunas veces lo he visto enojado con algunas personas y luego se ha aplacado”. El magnífico Pedro Buyl, labrador, vecino de San Vicente, de 68 años, dijo que “conoce al acusado desde hace más de 40 años y lo tiene por hombre de bien y buen cristiano”. Juan Sierra, fustero (carpintero), vecino de la villa de Aínsa, de 40 años, afirmó que “Juan de Lascorz ha sido y es familiar del Santo Oficio de la Inquisición por haberlo visto con la insignia de tal, de muchos años a esta parte, y que es hombre de bien, buen cristiano, temeroso de Dios y caritativo, dando muchas limosnas a los pobres”.

No sé cómo acabó finalmente el asunto. Algún correctivo debió recibir Juan de Las Corz, principalmente por sus encontronazos con varios clérigos residentes en Labuerda. Este asunto era el que el instructor del caso vio como más grave y con necesidad de reparar.

Juan de Las Corz seguía con su actividad de notario en el año 1645. Debió fallecer bastante viejo, en torno al año 1654.

Juan de Las Corz, segundo notario

 
Juan de Las Corz era hijo de Juan de Las Corz, el notario del que acabo de hablar Comisario del Santo Oficio. Según el árbol genealógico familiar de la casa, conservado en Casa Notario de Labuerda, nació en 1631. Esta información es confirmada en una dispensa matrimonial en la que actuó como testigo.

En el año 1654 fue constituido en comisario de las notas, protocolos y escrituras de su padre. Recibió el mandato por parte del “justicia y juez ordinario de la villa de Aínsa y lugar de San Vicente y La Buerda como por el acto de comisión consta que fue hecho en el lugar de Labuerda, el día 9 de julio del año 1654, por Sebastián Carrera, notario real habitante en el mismo lugar”. En calidad de comisario de protocolos notariales, hizo varias copias de documentos originales realizados en diversos años por su padre, como por ejemplo los años 1624 y 1645. En ellas hace constar que es el hijo de Juan de Las Corz, notario.

En los años 1651 y 1665 firmaba los documentos como “Juan de Las Corz, habitante en el lugar de La Buerda, y por autoridad Real por todas las tierras, reinos y señoríos del Rey nuestro señor público notario”. En 1666 estaba casado con Luisa Giral, que probablemente nació en Aínsa, emparentada con el Licenciado Juan Francisco Giral, canónigo de la Catedral de Barbastro.

Al menos desde el año 1678 firmó como Juan de Las Corz mayor, para diferenciarse de su hijo que también ejercía como notario. Las últimas noticias que tengo sobre él datan de 1690. En 1694 ya había fallecido.

Juan de Las Corz, tercer notario

 
Ya ejercía su profesión en 1678, falleciendo en torno al año 1701. En un principio firmaba los documentos notariales como Juan de Las Corz menor, “habitante en el lugar de La Buerda, y por Autoridad Real, por todo el reyno de Aragón público notario”. En 1694 no indica la denominación de menor; su padre habría fallecido. Estuvo casado con Theresa Lanao.

Juan Alonso Lascorz y Lanao, cuarto notario

 
En el año 1701 Juan Alonso Lascorz recibió el encargo de la custodia de los protocolos notariales de su fallecido padre Juan Las Corz. En 1703 se realizaron los capítulos matrimoniales entre Juan Alonso Lascorz, hijo del fallecido Juan de Las Corz y de Theresa Lanao, cónyuges que fueron del lugar de Labuerda, y Theresa Petronila de Bielsa, doncella, hija legítima de Pedro de Bielsa y Petronila de Broto, cónyuges habitantes en la villa de Aínsa. La novia aportó al matrimonio, por vía de dote, 6000 sueldos jaqueses más ajuar; todo ello se lo dio su padre. También se llevó consigo los legados que le pertenecían.

De este matrimonio hubo varios hijos:

·      Francisco Antonio Lascorz y Bielsa, notario y heredero, del que se hablará más adelante.

·      Theresa Lascorz y Bielsa, nacida en 1704, casada en 1727 con Pedro Viu, de Casa Viu de Torla.

·      Alonso Lascorz y Bielsa, nacido en 1714, posiblemente notario, contrajo matrimonio en 1750 con María Ana Lacambra, quizá viviendo en la actual casa Alonso de Plan.

·      María Clara Lascorz y Bielsa, nacida en 1725, casada en 1751 con Juan Domingo Fumanal, de El Pueyo de Araguás, actual casa Lueza.

·      Otros hijos de este matrimonio fueron José, Antonio Sebastián y Rosa Águeda.

Juan Alonso acompañaba su firma notarial con este texto: “Signo de mí Juan Alonso Lascorz, domiciliado en el lugar de La Buerda, y con Autoridad Real por todo el Reyno de Aragón público notario”. La última firma que tengo de él data del año 1739, si bien me consta que todavía seguía trabajando como notario en 1745.

Francisco Antonio de Lascorz y Bielsa, quinto notario

 
El año 1719 fue bautizado Francisco Antonio Lascorz, hijo legítimo de Juan Alonso Lascorz y Theresa Bielsa, cónyuges habitantes en el lugar de Labuerda.

En 1750 contrajo matrimonio Francisco Lascorz con María Theresa de Bardaxí, doncella, hija legítima de los difuntos Enrique de Bardaxí y Antonia Barrau, de Puyarruego. De este matrimonio hubo varios hijos:

·      Francisco Lascorz y Bardaxí, sexto notario, el heredero, del que se hablará más adelante.

·      María Teresa Lascorz y Bardaxí, nacida en 1751 y casada en 1773 con José Mur, de Serveto.

·      Rosa Antonia Lascorz y Bardaxí, nacida en 1752, casada en 1778 con Juan Siest, de Labuerda.

·      Raymunda Lascorz y Bardaxí, nacida en 1766, casada en 1784 con Pedro Laguna, de Oto.

·      Hubo otros hermanos (Joaquín, Ana, Jacobo, Francisco y Carmen) de los que no sé si contrajeron matrimonio.

En cuanto a su firma notarial, acompañaba a la rúbrica este texto: “Signo de mí, Franº Antº de Lascorz y Bielsa, escribano público y Real de Su Magestad, por todas sus tierras, Reynos y Señoríos, domiciliado y vecino del lugar de Labuerda”. En la mayor parte de las firmas incluye su condición de infanzón. Me consta su actividad como notario entre los años 1747 y 1779.

Francisco Lascorz y Bardaxí, sexto notario

 
En el año 1754 fue bautizado Alonso Francisco Antonio Lascorz y Bardaxí, más conocido como Francisco. El 1784 contrajeron matrimonio Francisco Lascorz y María Navarri. Él era hijo legítimo del difunto Francisco y Teresa de Bardaxí, vecinos de Labuerda. Ella era hija legítima de Francisco Navarri y María Subirá, vecinos de Bonansa. De este matrimonio hubo varios hijos:

·      Joaquín Lascorz y Navarri, nacido en 1785, notario y heredero de la casa, del que luego se hablará.

·      Pedro Lascorz y Navarri, nacido en 1785, casado el año 1818 con Francisca Albás, de Sieste.

·      Mosén Francisco Lascorz y Navarri, nacido en 1787, cura párroco de Labuerda.

·      Matías Lascorz y Navarri, nacido en 1790, casado el año 1810 con Rosa Cavero, de La Pardina, aldea de Castejón de Sobrarbe, casa Lascorz.

·      José Lascorz y Navarri, nacido en 1798, casado en 1820 con María Albás, de Sieste.

·      María Francisca Lascorz y Navarri, nacida en 1800, casada en 1819 con Ramón Lacambra, de Camporrotuno, casa Cambra.

·      Mosén Vicente Lascorz y Navarri, cura párroco de Puyarruego y luego de Alberuela de La Liena.

·      Gabriela y Antonio Lascorz y Navarri.

Francisco solicitó en 1782 la Notaría de Reinos para servir la escribanía del Juzgado de la villa de Aínsa, por renuncia de su padre. Tengo constancia documental de la actividad notarial de Francisco entre los años 1783 y 1815, si bien aún vivía en el año 1819. Junto a la rúbrica escribía: “Signo de Mí Francº. de Lascorz y Bardaxy, Infanzón, Escribano Real de su Magestad, su corte, Reynos y señoríos, vecino del lugar de Labuerda".

En 1795 tuvo lugar el reconocimiento de la infanzonía, por parte del ayuntamiento de Labuerda y San Vicente, en favor de D. Francisco, D. Joseph y D. Antonio de Lascorz y Bardaxí, infanzones y vecinos de Labuerda.

Joaquín Lascorz y Navarri, séptimo y último notario.

 
Nació en el año 1785. En 1816 solicitó la concesión de Notaría de Reinos, con residencia en el lugar de Labuerda. Contrajo matrimonio en 1819 con Josefa Ayerbe y Castillón, nacida en Casa El Abogado de Radiquero. De este matrimonio hubo varias hijas:

·      Josefa Lascorz y Ayerbe, la heredera, casada con Ramón Fumanal Lalueza, llegado desde la aldea de Fumanal, de Muro de Roda.

·      María Josefa Lascorz y Ayerbe, nacida en 1820, casó en 1837 con Joaquín Murillo, de Gerbe, casa Morillo.

·      Joaquina Lascorz y Ayerbe, nacida en 1822, casó en 1838 con Antonio Laplana, de Banastón, casa Lisa.

·      Francisca Lascorz y Ayerbe.

Joaquín Lascorz y Navarri seguía ejerciendo como notario en el año 1849; tuvo una larga vida profesional. El final del apellido Lascorz en Casa Notario coincidió también con el final de esta gran saga de notarios. En 1890 los protocolos notariales de Joaquín Lascorz los custodiaba el notario de Boltaña. En la guerra civil española, en el año 1936, fue quemado el Archivo de los protocolos notariales del distrito de Boltaña, una inmensa pérdida para nuestra historia. Por suerte, en Casa Notario conservan unos pocos protocolos notariales, de los años 1656, 1658, 1665, 1666, 1671, 1677-78 y un bastardelo de 1849.

Sirvan estas líneas para recordar a una familia de notarios con más de 230 años de actividad.

domingo, 12 de octubre de 2014

Carta. Asunto del matrimonio


Labuerda, 9 de noviembre del año 1851
Mi estimado Pepe. Supuesto que estamos despachados del sementero y vendimia, soy del parecer de tratar de tu acomodo (matrimonio), que ya es hora. Cuando estuve en vuestra casa, nos pareció que debíamos pedir a la Pascuala de Berroi, o a la hija del Señor de Ballarín de Fanlo, y no nos decidimos por ninguna de las dos, y para llevar el asunto adelante es preciso decidirse por la una o por la otra. Yo no conozco a la de Berroi, ni conocía a la de Fanlo hasta que la vi en la feria de Boltaña, y no me disgustó. Supongo que es chica bien criada porque su padre es muy formal y su tío el cura de Fanlo vive en la misma casa. Esto mismo Mosén Vicente ha formado buen concepto de aquella chica. Sino la pides tú, creo la va a pedir mi hermano Pedro, y aún he oído si pensaban en ella los de mi primo Carrera. El jueves de esta semana tendremos aquí junta de Minas, y puede que concurran a ella o el padre de la chica de Fanlo o su tío el cura, y si bajan habría ocasión para hablarles. Bajo este supuesto soy del parecer que comuniques esta carta a tu madre, que llaméis inmediatamente a mi hermano Matías, y entre los tres os decidáis por aquélla que os parezca más conveniente, y hecha la decisión has de subir con carta de mi hermano Matías, en la que me diga vuestro parecer, y singularmente el de tu madre. Veo que la casa de Berroi está muy cerca de la vuestra y que en cualquier trabajo os podríais asistir. También veo que tenéis hacienda en el monte de Coscojuela y todo esto debe tenerse presente, pero a lo que principalmente debe atenderse es a las circunstancias de las personas, pues de la buena o mala decisión depende vuestra felicidad o la ruina. Vosotros podéis saber mejor que yo lo que es la chica de Berroy. Mosén Vicente ha formado buen concepto de la de Fanlo, como llevo dicho. El miércoles de esta semana debes venir si puedes a comunicarme vuestra determinación. Recibe con tu madre y hermanos nuestros afectos.

Firma Joaquín Lascorz, tío del destinatario de la carta.

Casa Berroy de Coscojuela. Aquí nació una de las candidatas a esposa.

Casa El Señor, en Fanlo. De esta casa era la candidata preferida del remitente de la carta. Mucho han cambiado los tiempos. Ahora la casa está en ruina avanzada.
 

COMENTARIO

En el siglo XIX, al igual que ocurría anteriormente, los matrimonios eran de conveniencia, pudiendo llegar el amor a posteriori. Como se ha visto en la carta, generalmente poco importaba la opinión de la novia. El matrimonio se efectuaba con la aprobación de los padres, que eran los que tenían mayor poder de decisión. La opinión de los clérigos era importante. En este caso el padre del novio ya había fallecido, siendo muy relevante la opinión de la madre. El novio era el heredero de casa Cambra de Camporrotuno, una casa buena, de alto nivel económico, emparentada directamente con los Lascorz de Casa Notario de Labuerda (el remitente de la carta era de casa Notario, tío del novio). Las dos candidatas a novia eran de casas con similar nivel económico, con presencia de clérigos en ambas. Lo curioso es que finalmente no fue elegida ninguna de las dos. José (Pepe) Lacambra contrajo matrimonio en el año 1852 con Josefa Lacambra, de casa Cambra de Coscojuela. Este matrimonio tuvo una amplia descendencia, al menos 11 hijos. 

miércoles, 29 de agosto de 2012

Francisco de Lascorz y Bardaxí, notario.


Año 1799. Signo de Francisco de Lascorz y Bardaxí, infanzón, vecino del lugar de Labuerda, escribano del Rey nuestro Señor por todas las tierras, reinos y señoríos.
 
Francisco de Lascorz y Bardaxí era hijo de notario y también padre de notario. Contrajo matrimonio el año 1784 con María Navarri y Subirá, de Bonansa. Su padre se llamaba Francisco Lascorz y Bielsa,  y su hijo Joaquín de Lascorz.

jueves, 3 de mayo de 2012

Piedra armera de los Lascorz en casa Notario de Labuerda.


Este blasón se puede ver en la fachada principal de casa Notario de Labuerda y pertenece al linaje de los Lascorz. Es cuartelado en cruz; en cantón diestro en jefe: ballesta acostada por dos flechas dispuestas en cabrio; en cantón siniestro: dos cabezas dispuestas en barra adiestradas por un puñal; en cantón diestro en punta: castillo; en siniestro: encina cimada por una cruz; timbre de hidalguía empenachado y lambrequines de hojas en forma de tornapuntas. Siglo XVIII. Esta piedra armera es una derivación de otros escudos previos del linaje.

miércoles, 7 de marzo de 2012

EL LINAJE DE LOS FUMANAL


ORIGEN DEL APELLIDO.

En el s. XIV ya existía este linaje puesto que en el año 1324 Antonio Fumanal era vecino de Muro de Roda, en su barrio de Fumanal.

En el año 1495 había en Sobrarbe diversas casas cuyo dueño llevaba el apellido Fumanal. En Muro de Roda eran dos las viviendas en las que el cabeza de familia tenía este apellido. También en Charo, Mediano, Aínsa, Tierrantona y Buil había representantes. Los lugares mencionados se ubican cerca de la aldea de Fumanal, perteneciente a Muro de Roda; allí debió de surgir el linaje. Posteriormente llegó la expansión, comenzando primero por los pueblos más cercanos.

INFANZONÍA DE LOS FUMANAL

En el mes de enero del año 1324 le fue reconocida y autorizada infanzonía a ANTONIO DE FUMANAL, habitante en Muro de Roda, en su barrio de Fumanal. Se realizó una asamblea en Zaragoza presidida por Pedro de Salanova, Justicia de Aragón, el cual recibió a dos testigos. En esta reunión Antonio Fumanal, para salvar la posesión de infanzonía previamente reconocida, presentó a dos soldados que actuaron como testigos; se trataba de Antonio Pérez, vecino de Muro de Roda, y José de Mariñosa, habitante en Palo. Ambos afirmaron que dicho Antonio Fumanal era infanzón ermunio.  En el documento original se manda que a Antonio Fumanal, por ser infanzón ermunio, lo excusen de todos los servicios e impuestos de los que los infanzones de su condición son excusados.

En el año 1675 se realizó un Acto de Reconocimiento otorgado por los jurados y concejo de Muro de Roda. El promotor fue Fray Hinacio Fumanal, monje del Real Monasterio de San Victorián, sacristán de los colegiales y glerias de la villa de Graus, y domiciliado en aquélla. A Fray Ignacio Fumanal, para ciertos fines y efectos, le interesaba que quedara constancia de que era infanzón. Su abuelo era Ramón Fumanal, su padre Domingo Fumanal, y su tío Antonio Fumanal:
TABLA II. Parientes de Fray Ignacio Fumanal

Del año1685 data la Juris firma de ANTONY FUMANAL, infanzón de Muro de Roda, habitante en el barrio de Fumanal. En el documento en cuestión se afirma que Antonio Fumanal, primero de este nombre, abuelo y bisabuelo respectivamente de los firmantes, vecino que fue de Muro de Roda, en su barrio de Fumanal, por todo el tiempo de su vida hasta su muerte continuamente fue y era infanzón e hidalgo descendiente de tales por recta línea masculina. Siempre estuvo en posesión pacífica quieta y sin contradicción alguna de su infanzonía e hidalguía y gozó de los privilegios que ello conlleva, teniendo su escudo y blasón de armas en su casa.

Antonio Fumanal, primero de este nombre, de su legítimo matrimonio que contrajo con Isabel Lafarga, hubo y procreó en hijo suyo legítimo y natural a Juan Antonio Fumanal.

Juan Antonio Fumanal, segundo de este nombre, contrajo matrimonio con Margarita Arasanz y de él hubo y procreó en hijos suyos legítimos y naturales a Antonio Fumanal (3º) y a Pedro Fumanal, firmantes.

Antonio Fumanal (3º), firmante, de su matrimonio con Josepha Theresa Arasanz hubo y procreó en hijos suyos legítimos y naturales a María, Theresa, Gracia, Polonia, Isabelana y Antonio Fumanal (4º). Todos estos eran menores de 14 años en 1685.

A partir de los datos obtenidos en distintos archivos he confeccionado el árbol genealógico de los Fumanal del barrio de Fumanal, aldea de Muro de Roda, todos ellos residentes en casa Don Cozme. El nombre de la casa se originó a finales del s. XVIII o principios del XIX, y alude a Don Cosme Fumanal Bestué, dueño de la vivienda en aquellos momentos.



 TABLA III.Herederos en casa Don Cozme de la aldea de Fumanal, Muro de Roda
EXPANSIÓN DEL LINAJE.

TABLA IV. Expansión de los Fumanal por distintas localidades

Desde el barrio de Fumanal (Muro de Roda) el linaje se expandió por diversos pueblos, entre ellos Santa María de La Nuez, Olsón, Caballera, Labuerda y Asque.

En el año 1726 contrajeron matrimonio FRANCISCA CARRUESCO LÓPEZ, vecina de Santa María de La Nuez y CARLOS FUMANAL ARASANZ, de casa Don Cozme de Fumanal.

En el año 1728 contrajeron matrimonio MARÍA VILLACAMPA COSCULLUELA, de Olsón y ALEXANDRO FUMANAL ARASANZ, de casa Don Cozme de Fumanal.

En el año 1817 casaron VICENTA GÚDEL FERRER, de Caballera y COSME FUMANAL COSCULLUELA, de casa Don Cozme de Fumanal.

En el año 1854 contrajeron matrimonio JOSEFA LASCORZ AYERBE, de Labuerda y RAMÓN FUMANAL LALUEZA, de casa Don Cozme de Fumanal.

En el año 1868 casaron MARÍA MUR MURILLO, de La Corona de Muro y JOAQUÍN FUMANAL LANAO, de casa Don Cozme de Fumanal.

El apellido Fumanal estuvo en muchos núcleos de población. Es muy extenso el linaje y lleva mucho trabajo el enlazar las distintas familias.

Desde Olsón, a finales del s.XVIII, los Fumanal llegaron a Abizanda, a la actual casa Fumanal: María Latorre contrajo matrimonio con Antonio Fumanal, natural de Olsón.

Desde Abizanda una rama llegó a Jabierre de Olsón puesto que en el primer tercio del s.XIX casaron Francisca Sánchez, de Jabierre, con Antonio Fumanal, de Abizanda. En la segunda mitad del s.XIX el apellido Fumanal llegó a Troncedo, al contraer matrimonio Crisóstomo Fumanal López, de Jabierre, y Antonia Solanilla.

Hay casas llamadas Fumanal en multitud de pueblos, entre ellos Abizanda, Banastón, La Pardina de Castejón, Charo, Labuerda y Santa María de La Nuez.

ESCUDOS DE LOS FUMANAL

Todas las familias de Sobrarbe que han utilizado el escudo de los Fumanal están emparentadas, siendo su origen Muro de Roda, aldea de Fumanal. A continuación describo estos escudos:

·      Casa Don Cozme de Fumanal. Dibujo en la firma de infanzonía del año 1685.

Escudo de casulla, cuarteado: 1º en campo de plata: torreón; 2º en campo de plata, busto de rey viejo con corona; 3º en campo de plata caballero con espada hendida y las iniciales FL; 4º en campo de oro, tres palos de gules. Bordura con la inscripción: ARMAS DE LOS FUMANALES. Timbre de hidalguía empenachado y lambrequines de banderas, cañones, lanzas, flechas, tambores y timbales.

·      Casa Don Cozme de Fumanal, piedra armera.


El conjunto heráldico existente en esta casa es uno de los más bellos de Sobrarbe. Rodeando el blasón se encuentran unas piedras de arenisca bellamente trabajadas las cuales muestran motivos geométricos. El escudo parece ser de caliza blanca, “restaurado” con cemento. Es cuarteado: en cantón diestro, en jefe, busto coronado; en siniestro brazo armado con espada hendiente; en cantón diestro en punta escudete con cinco palos, en siniestro torreón. Timbre de hidalguía y lambrequines ornamentales. Bordura algo erosionada con la inscripción: ARMAS DE LOS FUMANALES. Encima del escudo hay dos plaquitas, de litología diferente al resto, en las que se lee: DON ANTONIO FUMANAL Y ARASANZ. AÑO 1736. Las piedras de la fachada están asentadas con cal; sin embargo el escudo y las dos plaquitas fueron colocados con yeso rosado que se pintó de blanco.

·      Casa Fumanal de Santa María de La Nuez.


Escudo cuarteado: 1º busto con cetro, 2º mano sosteniendo una espada, 3º cuatro palos, 4º torreón. Bordura con inscripción ilegible por la erosión y que ponía ARMAS DE LOS FUMANALES AÑO 17.. .Timbre de hidalguía siniestrado y lambrequines de rocalla (Siglo XVIII).

·      Casa Alejandro de Olsón.


Escudo cuarteado: 1º busto con cetro, 2º mano sosteniendo una espada, 3º cuatro palos, 4º torreón muy erosionado; bordura con inscripción ilegible por la erosión y que ponía ARMAS DE LOS FUMANALES, timbre de hidalguía siniestrado y lambrequines de rocalla (Siglo XVIII).

·      Casa Fumanal de Abizanda.


Escudo cuarteado y anagramado; en jefe: busto coronado con cetro y brazo armado con espada hendiente; en punta: escudete palado y torreón; en la bordura: ARMAS DE LOS FUMANALES, AÑO 1802; timbre de hidalguía y lambrequines con una cartela de rocalla en un ángulo de la parte superior, en la que se lee: DON ANTONIO FUMANAL.

·      Casa Notario de Labuerda. Escudo representado en tela.


Escudo cuarteado: 1º en campo de plata: torreón; 2º en campo de plata, busto de rey joven con corona; 3º en campo de plata caballero con espada hendida; 4º en campo de oro, tres palos de gules. Bordura con la inscripción: ARMAS DE LOS FUMANALES. Timbre de hidalguía empenachado (s.XX).


Comentarios respecto a los escudos:

El escudo más antiguo es el del dibujo existente en la firma de infanzonía, realizado  en el último tercio del s.XVII. Curiosamente, el que se colocó sobre la puerta de la misma casa, en el s.XVIII, fue modificado respecto al original, moviendo de cuartel las distintas figuras, pasando el torreón de estar en lugar preferente a ocupar el cuarto cuartel.

Todas las piedras armeras están elaboradas en caliza, siendo de mejor calidad la de Abizanda, que a su vez está mejor ejecutada y es la más moderna de todas, aunque con poca diferencia respecto a las otras. Las de Olsón y Santa María de La Nuez fueron realizadas por un cantero menos experto el cual les jugó la mala pasada de dejar siniestrado el yelmo algo que indica bastardía de sus propietarios; en este caso resulta ser una información falsa puesto que no lo eran. En todas estas piedras el rey es representado con cetro (ausente por erosión en el de casa Don Cozme), si bien carece de corona en Santa María de La Nuez y Olsón. El caballero con la espada hendida del dibujo original fue representado en las piedras con un brazo o mano sosteniendo una espada; es algo lógico puesto que la representación completa resultaba más compleja para el cantero. El tercer cuartel es palado, si bien cambia el número de palos según el escudo. La figura de la torre del cuarto cuartel también es diferente de unos escudos a otros: más sencilla en Santa María de La Nuez y más compleja en Abizanda.

El escudo de Labuerda, pintado sobre tela, es una copia del dibujo original del s.XVII, si bien hay pequeñas modificaciones, principalmente en su morfología y adornos.

El linaje de los FUMANAL tiene muchas ramas en la comarca. En el siglo XVII hubo destacadas familias infanzonas de este apellido en Banastón, Bruello y Los Molinos, si bien no tengo constancia de que usaran escudo. Aquí simplemente he tratado de enlazar la información que dispongo. Ha sido posible ubicar temporalmente y relacionar todos los escudos que conozco de los Fumanal.