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sábado, 17 de mayo de 2025

El precio de un cántaro de vino

 


En 1831 un cántaro de vino estaba valorado en 6 sueldos jaqueses. Lacambra, de Camporrotuno, vendió, el 21 de enero del citado año, seis cántaros de vino a José Solans Castellano, de Bielsa.

viernes, 4 de mayo de 2018

Matrimonio entre Salvador Saludas y María Español, vecinos de Sin, Casa Escalona


En Sin, a 20/6/1823
Cédula de capitulaciones matrimoniales, para el matrimonio contraído entre Salvador Saludas, mancebo, hijo legítimo del difunto Joaquín y Joaquina Sesé, vecinos del lugar de Serveto, de una parte, y de la otra María Español, doncella, hija legítima del difunto Domingo y María Ferrer, cónyuges del lugar de Sin.
Salvador Saludas aporta al matrimonio todos sus bienes, en especial su hermano Antonio Saludas, heredero de la casa vulgarmente llamada del Vigoles, del lugar de Serveto, le manda y hace donación por nupcias la cantidad de 119 libras jaquesas.
María Español aporta todos sus bienes, en especial su madre María Ferrer le nombra heredera de la casa y bienes de Escalona. Un hijo o hija del presente matrimonio será heredero o heredera, aquel o aquella que a sus padres mejor pareciere, o al sobreviviente de éstos. Si fallecen los cónyuges sin nombrar heredero, entonces lo nombrará María Ferrer, madre de la contrayente. En ausencia de ella, nombrarán heredero los herederos de la casa Pardina de Sin y de la casa Vigoles de Serveto, junto con el cura de Sin.
Joaquín Español y Teresa Español son hijos de la donante; deberán ser alimentados, sanos y enfermos, y dotados a poder de la casa, trabajando en ella.
Hay otros capítulos, los habituales, contemplando las posibles desdichas del matrimonio.
Son testigos Juan Pardina, y Antonio Rins que firma por Antonio Saludas que dice no saber. La cédula de artículos es entregada al notario, realizándose el presente acto público el 6/11/1824, siendo testigos Vicente Pérez, rector de Saravillo, y Manuel Franco, de Boltaña. Notario: Pablo Puicercus y Sampietro, vecino de la villa de Boltaña.

CASA ESCALONA DE SIN, HEREDERAS Y HEREDEROS

1
VICENTE DE MUR
 
BENITA LA BAYLA
ANTÓN ESCALONA
 
MARÍA DE MUR
 
2
CATALINA DE MUR LA BAYLA
1729
MARTÍN DE CAMPO BUIL (Belsierre)
 
3
THOMAS DE CAMPO
 
 
 
4
MARÍA DE CAMPO
1776
DOMINGO ESPAÑOL DE MUR (Salinas de Sin)
 
5
DOMINGO ESPAÑOL
 
MARÍA FERRER
 
6
MARÍA ESPAÑOL FERRER
1823
SALVADOR SALUDAS SESÉ (Casa Vigola de Serveto)
 

domingo, 11 de marzo de 2018

Casas y habitantes en el pueblo de Bestué, año 1898



Casa Antón de Mur

Casa Isabelana
 
En el año 1898 vivían en la localidad de Bestué 298 personas, distribuidas en 34 casas, lo que da una media de casi 9 personas por casa. En al menos dos casas había un matrimonio a sobrebienes, lo que justifica la presencia de 18 personas viviendo en una misma casa. Había 14 viudas. El hombre más anciano tenía 84 años, el resto de viejos no llegaba a los 80 años.

Abundaban las casas con nombre de mujer, algo poco usual en la mitad sur de Sobrarbe, parce ser que más habitual en el valle de Puértolas. La razón de ello habría que buscarla en la gran repetición de apellidos, mucha endogamia, unido a la abundancia de viudas que llevaban el control de la casa. El apellido principal del pueblo era Puértolas, el heredero lo portaba en 9 casas.

NOMBRE
NÚMERO DE PERSONAS
Apellido principal
Casa Calisto
18
Garcés
Casa Juan Morillo
8
Puértolas
Casa Petit
7
Puértolas
Casa Capella
9
Puértolas
Casa Grima
7
Puértolas
Casa Lucía
9
Ceresuela
Casa Cazcarreta
7
Cazcarra
Casa La Plaza
10
Ceresuela
Casa Martín
9
Sesé
Casa Garcés
6
Ceresuela
Casa Freñac
11
Escalona
Casa Antón de Mur
18
Puértolas
Casa Mariana
10
Puértolas
Casa Mario
6
Puértolas
Casa Sesé
15
Gistau
Casa Senz
8
Barrabés
Casa Campo
13
Campo
Casa Isabelana
10
Puértolas
Casa Fruto
13
Campo
Casa Duc
3
Comps
Casa Roca
11
Sesé
Casa Tomasa
5
Olivera
Casa Mateu
10
Bresteguí
Casa Mingué
4
Buisán
Casa Bº Vicente
5
Cazcarra
Casa Sastre
7
Puértolas
Casa Escalona
7
Ceresuela
Casa Miguelo
10
Ceresuela
Casa Orosieta
11
Cazcarra
Casa Inés
9
Puértolas
Casa Tabierna
4
Bresteguí
Casa Trallero
9
Bresteguí
Casa Nueva
8
Campo
Casa Rincón
1
Escalona

domingo, 20 de agosto de 2017

Si no hay dinero, no hay misa de entierro. Año 1844


Fallecimiento de Joaquín de Comps, de 48 años, de Casa Muret de Señes.

El día 14 de junio del año 1844, habiendo yo el infrascrito ido a bendecir los términos del común de Traseto, como es costumbre anual, y hallándome en el sitio de Pardinas, me avisaron cómo Joaquín de Comps, marido de María Pardina, vecinos de Señes, había sido gravemente herido por la explosión de un barreno, cuyo oficio ejercía. Me trasladé al sitio de la desgracia, que era en Salastro, le confesé y asistí hasta su muerte, sin recibir dicho Comps otros sacramentos por la premura del tiempo. La herida fue a las dos de la tarde, y murió sobre las ocho y cuarto de la misma tarde del mencionado día. Murió hacia la parte del barranco, en un campo de Rojer de Sin, sito en dicho Salastro. En la misma noche fue trasladado a Señes, y el día 19 del citado junio fue reconocido su cadáver por dos cirujanos, ante el escribano público, y fue sepultado en el cementerio de esta parroquial. De todo lo que doy fe. No testó pues no tenía qué disponer de bienes algunos, ni se le ha hecho entierro, y para que conste firma Francisco Antón de Mur, regente de Serveto y anejo de Señes.

Según escrito realizado en 1860, firmado por el rector José Gillué, se celebró por el alma de Joaquín de Comps una novena y 15 misas, y medio año con rogaria y responsos.

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domingo, 7 de mayo de 2017

Trajes típicos de Sobrarbe, en sus valles del Pirineo

Dibujos realizados en el siglo XIX, en torno a 1830. 
Autor: Paul Gavarni (1804-1866)


“Aldeana” de San Juan

“Ciudadano” de Torla

Mujer del Valle de Broto

Mujer de la Ribera de Broto

“Sierva” del Valle de Gistaín

lunes, 21 de marzo de 2016

Contribución del pueblo de Abizanda al Canal Imperial de Aragón


Durante muchos años, los pueblos del Reino de Aragón contribuyeron de forma obligatoria en la construcción y mantenimiento del Canal Imperial, aportando dinero para sufragar las obras. En el año 1830, los vecinos del municipio de Abizanda tuvieron que pagar 335 reales de vellón. Cada vecino pagó según la proporción que le correspondía en la normativa de la contribución ordinaria.

Como vemos, vienen de lejos los sacrificios de las gentes de Sobrarbe en favor de los regadíos en las tierras llanas aragonesas de la Depresión del Ebro. El siglo XX supuso la culminación de los sacrificios, incluso con la vida de muchos pueblos y la desvertebración del territorio. Por algo nos hemos convertido en un desierto demográfico.

martes, 5 de enero de 2016

Pedregadas históricas (V). PEDRISCO EL 23/7/1899

Puente en Boltaña sobre el río Ara


El año 1899 fue nefasto en el Alto Aragón desde un punto de vista meteorológico. Hoy en día vincularían estos hechos al famoso cambio climático. El pedrisco afectó en diferentes días a diversos pueblos. En lo referente a Sobrarbe, el 23 de julio el pedrisco se ensañó con la zona centro: Boltaña, Aínsa y Labuerda. Esta última localidad también sufrió inundaciones el 7 de agosto. Veamos cómo fue reflejado en la prensa:

Pedrisco en Boltaña. “El Diario de Huesca”, 26/7/1899

Nos escriben desde Boltaña, participándonos que el domingo último descargó sobre aquel término municipal una fuerte tormenta, arrojando piedra con tanta abundancia y con tanto ímpetu que ha producido la pérdida total de la cosecha de vino, destrozando casi por completo la huerta y causando graves perjuicios en todo el término. Explícanse bien tan importantes daños si se tiene en cuenta que muchas de las piedras que cayeron pesaban más de 100 gramos.
El desastre, como es natural, tiene acongojados a los moradores de aquella comarca, especialmente a la clase agrícola que ha visto en un momento destruidos gran parte de sus trabajos y de sus afanes.
 
Noticias de Boltaña. “El Diario de Huesca”, 29/7/1899.
Son muy desconsoladoras las noticias que recibimos de la comarca de Boltaña, y en especial de los términos de Aínsa y Labuerda, relativas a los inmensos daños producidos por el pedrisco del 23 del actual, que arrasó los restos de frutos, principalmente el de la vid, que se habían salvado de la fuerte granizada de igual día del anterior mes de mayo.
Se han perdido totalmente las cosechas de vino y legumbres que son la mayor producción en aquella zona. El país está hondamente preocupado y afligido por las funestas consecuencias del desastre.
El Gobierno debe procurar subvenir al remedio de tan gran calamidad, concediendo los auxilios posibles de que disponga, facilitando la prórroga del pago de las contribuciones y abriendo trabajos públicos en los que puedan hallar ocupación y medios de subsistencia los braceros del campo, que quedan en situación deplorable. Podría al efecto subastar el trozo de carretera de Aínsa a Escalona, obras comenzadas por administración hace más de doce años y paralizadas por completo a pesar de estar satisfecho el importe de los terrenos ocupados para su trazado y su construcción.
Es lo menos que puede hacerse en pequeña compensación de los inmensos daños agrícolas sufridos por aquella comarca.

Asuntos provinciales. De Labuerda, 8 de agosto (“Diario de Huesca”, 12/8/1899)
El día 10 del actual recibimos la siguiente carta, que no ha podido ser publicada durante estos días en que no ha visto la luz “El Diario”.
Hoy lo hacemos para complacer al apreciable amigo y suscriptor que nos la remite y para que sea conocido el texto de la misma, que es como sigue:

¡Horrible tormenta!

Entre una y dos de la tarde del día 7 una tormenta descargó tal cantidad de agua en el término municipal de Labuerda que más bien parecía un diluvio y contra lo que era de temer y en medio de la lluvia tan torrencial las autoridades locales, tanto civiles como militares empezaron a tomar disposiciones para evitar desgracias personales que podían ocurrir en los barrios de la calle Mayor y del barranco, lo que efectivamente sucedió porque el río Cinca y Barranco de San Vicente salieron de su cauce e inundaron la parte baja de la población y arrastrando el furioso elemento muchas de las tierras de labor.
Figúrese Sr. Director, qué situación tan triste es en la actualidad la nuestra; sin tierras para poder cultivar ¿cómo hemos de pagar a la Hacienda lo que como contribuyentes se nos exige? Y ¿qué comeremos después que dos pedriscos dejaron asolados los campos, viñedo, huerta, etc.? Se impone por cuantos medios estén a su alcance que los poderes públicos nos socorran si no nuestra suerte es la emigración. ¿No podrían condonársenos las contribuciones socorrernos también con alguna cantidad del fondo de Calamidades y subastar el trozo primero de la carretera de Aínsa a la frontera? Creo que todo esto se necesita y mucho más para socorrer a este desgraciado país.
Miles de gracias anticipadas se ofrece de Ud. Affmo. s.s.q.b.s.m., -Un labrador, G.B.

En Sariñena, el mismo día que hubo inundaciones en Labuerda, también padecieron una virulenta tormenta de pedrisco:

Sr. Director de El Diario de Huesca:

Escribo a Ud. bajo la impresión más dolorosa que acaso he sufrido en los días de mi vida.
Hasta ayer todo era en este vecindario actividad y alegría. Las gentes del campo habían puesto término a las faenas de recolección de los cereales. Pagaban los arriendos a los propietarios de terrenos de huerta y se consagraban con verdadero afán al cultivo de los verdes, único premio a sus sudores, esperando con fundamento una abundante cosecha de legumbres, caldos y hortalizas, que aseguraba la vida durante el invierno próximo, facilitándoles además recursos para levantar las cargas públicas.
Hoy estamos de duelo; el pan de los pobres ha sido arrebatado por un terrible pedrisco, como otro igual no han conocido los más ancianos: a las cinco de la tarde de ayer formáronse dos tormentas al norte y oeste; el viento que saltó caprichosamente de uno a otro cuadrante, impidió por largo rato el choque de aquellas nubes desoladoras; mas al fin tuvo lugar el encuentro, señalado por un trueno espantoso y las blancas greñas vomitaron sobre la población aterrada y la feracísima vega, montones de piedras la mayor parte de éstas del tamaño de un huevo de perdiz. Las escenas que se presenciaron luego no es fácil describirlas con exactitud; los pobres trabajadores sorprendidos por la tormenta en el campo, llegaban desconsolados contestando a las “buenas tardes” que se les dirigían con un “mejor podían ser” que apenaba; las mujeres lloraban, el pobre párroco iba a rezar el Santo Rosario llevando en su rostro el dolor inmenso que la catástrofe le había producido; y el alcalde con la resolución que es su característica, se encaminaba a la oficina de Telégrafos para comunicar tan terrible suceso ….el texto continúa.
En otras localidades, como en Yebra de Basa, las tormentas veraniegas fueron inusualmente abundantes y violentas.