Puidecinca es un pueblo deshabitado perteneciente al municipio de Secastilla, comarca de La Ribagorza.
A lo largo de los siglos Puidecinca se escribió de múltiples maneras: Puy de Cinqua, Puydecinca, Puydicinca, Puidecinca, Puicinca, Puy de Cinca etc. La construcción del embalse de El Grado supuso su final. Los años sesenta del siglo XX fueron momentos en los que la autoestima en los pueblos estaba por los suelos. La gente aspiraba a ir a vivir a la ciudad y a tener una vida más digna y menos sacrificada. En líneas generales no se valoraba la historia y la cultura propias. Cuando emigraron los vecinos de Puidecinca, Clamosa y otros pueblos, en varias casas los documentos antiguos que reflejaban la historia de sus antepasados, desde el siglo XVI, quedaron abandonados, siendo posteriormente recolectados por diversos anticuarios que los vendieron a un bajo precio, a veces a precio de papel o poco más. Un conjunto de documentos, principalmente de los siglos XIX y XX, fueron a parar a una casa sita en Sobrarbe, cuyo propietario, amablemente, accedió a que los consultara. Entre los documentos figura un libro con cubiertas de pergamino, titulado: “Libro de resoluciones del lugar de Puidecinca”. En él quedó reflejada la actividad municipal de Puidecinca, desde el año 1820, estando minuciosamente detallados todos los gastos e ingresos del concejo. A partir del año 1846 (más o menos) Puidecinca dejó de tener ayuntamiento propio, pasando a depender de Secastilla.
En el libro se
habla de muchos temas, algunos bastante curiosos, quedando reflejada la vida
cotidiana en el pueblo y su modo de vida.
Entre otros
muchos asuntos, se habla de los estandartes para la rogativa de San Martín, de un
convenio vecinal en el que se especifica los jornales a realizar para volver el
agua de la huerta, de los listados de electores, del molino y la barca, de la
elección del alcalde y otros cargos municipales, de los pagos al rector, de
lobos, del acuerdo de la balsa y riegos, de acuerdos municipales sobre madera
en el monte común, sobre conflictos entre vecinos, de la herrería, de leñas y
multas, de tejas, del listado de zofras, de listados de la contribución, de
suministros a las tropas, del arriendo del estiércol, del arriendo de la
despoja del río Cinca, de los honorarios del médico y boticario etc.
En la sociedad
tradicional no se desperdiciaba nada. Se llegaba al extremo de sacar a concurso
la recolección de los excrementos de animales en terreno público, o sacar a
pública subasta la obtención de la madera dejada en las orillas del río Cinca
con motivo de las riadas. En definitiva, una sociedad sostenible al máximo, en
la que nada se derrochaba y todo lo mínimamente aprovechable desde una óptica
económica era valorado.
AYUNTAMIENTO DE PUIDECINCA
|
||||
AÑO
|
REGIDOR
|
ALCALDE
|
||
1820
|
Antonio
|
Latorre
|
Josef
|
Laplana Burrel
|
1821
|
Joaquín
|
Lacambra
|
Josef
|
Olivar
|
1822
|
Josef
|
Cardiel
|
||
1823
|
Josef
|
Laplana Vidal
|
Josef
|
Olibar
|
1824
|
Josef
|
Solano
|
Josef
|
Olibar
|
1825
|
Francisco
|
Raso
|
Josef
|
Laplana
|
1826
|
Manuel
|
Labrid
|
Juaquín
|
Olibar
|
1827
|
Antonio
|
Latorre
|
Juaquín
|
Lacambra
|
1828
|
Josef
|
Senz
|
Manuel
|
Plana
|
1829
|
Ramón
|
Abadías
|
||
1830
|
Francisco
|
Raso
|
José
|
Laplana
|
1831
|
Andrés
|
Loste
|
José
|
Vidal
|
1832
|
Vicente
|
Salinas
|
José
|
Senz
|
1833
|
José
|
Puyal
|
Joaquín
|
Lacambra
|
1834
|
Ramón
|
Abadías
|
Manuel
|
Laplana
|
1835
|
Lorenzo
|
Salinas
|
José
|
López
|
1836
|
Rafael
|
Castán
|
José
|
Laplana
|
1838
|
Rafael
|
Castán
|
Vicente
|
Salinas
|
1839
|
Ramón
|
Abadías
|
José
|
Vidal
|
1840
|
José
|
Puyal
|
Joaquín
|
Lacambra
|
1841
|
Juan Aº
|
Laplana
|
José
|
López
|
1842
|
Lorenzo
|
Salinas
|
José
|
Laplana
|
1843
|
Joaquín
|
Fuster
|
Vicente
|
Salinas
|
1844
|
Martín
|
Laplana
|
José
|
Vidal
|
1846
|
José
|
Puyal
|
Ramón
|
Abadías
|
1848
|
Ignacio
|
Bellosta
|
||
1859
|
Ignacio
|
Bellostas
|
||
1860
|
Ignacio
|
Bellostas
|
||
1861
|
José
|
Salinas
|
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