martes, 11 de agosto de 2015

ECOS PROVINCIALES. LAMATA. Las fiestas


 
En “EL DIARIO DE HUESCA” fue publicado en el año 1935 un curioso artículo referente a las fiestas en la localidad de Lamata. Los tiempos van cambiando a un ritmo acelerado, incluso en la forma de ser y pensar de la sociedad. Lo que era políticamente correcto en 1935 ya no lo es en el 2015. Ha habido cambios positivos y negativos. Ya me gustaría que en la actualidad Lamata y los pueblos de alrededor tuvieran la vitalidad de 1935. A continuación publico el contenido del citado artículo:
 
Día del Rosario. Tiempo inmejorable; fuerte volteo de campanas se oye: es la víspera anunciando este gran día en que Lamata celebra sus fiestas. Llega la música y, anochecido, un alborozo callejero se apodera de todo el pueblo, cantándose jotas alusivas al acto.
El día 6 se celebran, por la mañana, solemnes actos religiosos, en los que ofició don Jaime Puicercús, culto párroco de Ligüerri del Cinca, por ausencia de nuestro párroco don Tomás Lorés, quien tan pronto como pudo vino a dar realce a los actos festivos con su característica simpatía.
Apenas terminados estos actos, este rincón de Aragón y flor de Sobrarbe, se ve invadido por numeroso gentío de pueblos cercanos, envuelto en una alegría y dispuesto a agrandar con su presencia los festejos.
Estos han sido múltiples y variados, pues ha habido para todos los gustos, reinando en todo momento una armonía y cordura.
La juventud no pudo inhibirse (imposible), ante los gratos y variadísimos bailables que, bajo los acordes de la música que interpretaba la renombrada orquesta de Naval, que tan acertadamente dirige don Sebastián Villar, se le brindaba. Diarias y nocturnas fueron las sesiones de culto a Terpsícore, derrochando alegría en extremo, ya que a ello invitaban la belleza y simpatía de Consuelo Olivera, de Suelbes; Gabina Buil, de Hospitalet; Mercedes Clemente, de Castejón de Sobrarbe; María Juste, de Ligüerri; María Casares, de Erípol; María Raso, Águeda y Pilar Clemente, Pilar Bistué, Asunción Rámiz, Carmen Solanilla, María Puyarruego, Ascensión Solano, de Lamata, y hermanas Pilar, Rosalía y Ángela Pardina, que por enfermedad de su querido padre, ya mejorado, no pudieron participar, con mucho sentimiento del sexo fuerte, en estos actos.
Muy grato nos es haber podido presenciar a Lamata en fiestas, ya que ha quedado bien probado su desprendimiento con quien le visita y la simpatía que le caracteriza.
 
SANTOS BOÓ, 12-10-1935

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